domingo, 26 de junio de 2011

y nada más...

Somos seres racionales. Hablemoslo y follemos.

Qué manera de engañarse.

Ella le sopla la cara. Él arruga la nariz, levanta la mirada y le dice que la quiere.
Y de repente parece que todo se desvanece. Para ella ya no hay mas cama, ni mas sexo, ni mas calor ni más frio. Cree que no volverá a sentir nada más en la vida, pero al diablo con todo si lo unico que le va a quedar es esa maldita felicidad.
Se inclina y le besa en la punta de la nariz, baja un poco y se detiene en sus labios. Ya lo ha vuelto a hacer. Volver a envenenarla un poco más con esas dos palabras acertadas. Y ella dejará quererse, que va a hacer sino, ha decidido no pensar en el después. Así que mejor creerselo ahora que puede
y su cama está aún caliente, y se da la vuelta y le mira, y alarga la mano y le toca, y se inclina y le besa.

Diferente será cuando esté ella, en su cama vacía, y pensando como llenarla...
si será durante una hora y no dejará que duerman con ella,
o va a ser toda la noche, para volver a recrear lo que era despertar con alguien otra vez.